Qué es el drop en zapatillas y cómo elegir

que es el drop en zapatillas

Qué es el drop en zapatillas es una de las preguntas más frecuentes entre quienes desean elegir el calzado adecuado para correr. En este artículo explicaremos por qué es importante el drop, cómo se clasifica según su altura, cómo elegir el más adecuado para ti y cuáles son las ventajas y desventajas de cada tipo. Además, incluiremos ejemplos reales de zapatillas con distintos drops (0 mm, 4 mm, 8 mm, 12 mm).

Qué es el drop en zapatillas y cómo influye al correr

El drop de una zapatilla (también llamado “offset” o “desnivel”) es la diferencia de altura entre el talón y la parte delantera (antepié). Esta característica puede parecer un detalle técnico menor, pero tiene un impacto significativo en cómo pisas, la distribución de fuerzas en tus piernas y los riesgos de lesión.

Por qué es importante entender el drop en unas zapatillas

Entender el drop te permite:

  • Adaptar mejor el calzado a tu técnica de carrera y fisionomía.
  • Minimizar el riesgo de lesiones musculares o articulares (gemelos, tendones, rodillas).
  • Optimizar la eficiencia biomecánica, ya que el drop influye en cómo el pie impacta y propulsa.
  • Elegir con conciencia ante recomendaciones genéricas o modas — no todas las zapatillas sirven para todos.

Si usas un drop inapropiado, puedes provocar sobrecargas donde no corresponde, alterar la cadencia, o someter músculos a esfuerzos excesivos.

Qué significa el drop en zapatillas

Diferencia entre drop y altura de la suela

Es importante no confundir drop con altura de la suela (o “stack height”).

  • La altura de la suela es la distancia vertical total desde el suelo hasta el punto más alto del calzado (talón o antepié).
  • El drop es la diferencia entre esas dos alturas: altura del taloˊn–altura del antepieˊ\text{altura del talón} – \text{altura del antepié}altura del taloˊn–altura del antepieˊ.

Por ejemplo, una zapatilla puede tener una altura de suela de 30 mm en el talón y 20 mm en el antepié: su drop será de 10 mm. Si otra tiene 20 mm talón y 20 mm antepié, su drop es de 0 mm, aunque es “baja”.

Drop y perfil de la zapatilla

El perfil general del calzado (tipo de amortiguación, rigidez, flexibilidad) interactúa con el drop. Un drop pequeño en una suela muy rígida se sentirá más “duro”, mientras que un drop grande en una zapatilla superacolchada puede amortiguar ese salto entre talón y antepié.

También influye la forma de transición del talón al antepié: una pendiente demasiado abrupta puede “dar tirones”, mientras que una transición progresiva suaviza el paso.

Tipos de drop según la altura

Aquí tienes una tabla comparativa con los rangos habituales de drop y sus características:

Rango de dropDescripciónSensación al correrPúblico habitual / casos de uso
0 mmDrop ceroSensación muy “natural”, sin desnivel talón‑antepiéMinimalistas / estilo barefoot
1‑5 mmBajoModerado, ligeramente inclinadoCorredores que quieren adaptación ligera
6‑10 mmMedioSensación clásica, buena transiciónLa mayoría de corredores recreativos
>10 mmAltoTalón destacado, sensación de “pendiente”Corredores que buscan mayor amortiguación del talón

Ahora vemos cada tipo con ejemplos.

Zapatillas con drop cero

Las zapatillas zero drop, también conocidas como zapatillas con drop cero, eliminan por completo la diferencia de altura entre el talón y el antepié. Este diseño busca replicar una pisada más natural, similar a la que tendríamos descalzos. Por eso, suelen asociarse al concepto de calzado barefoot, que propone un enfoque minimalista en el correr.

El drop cero favorece una pisada con apoyo más centrado o en el antepié, pero desplaza mayor carga hacia los gemelos y el tendón de Aquiles. Por eso, exige una adaptación progresiva, especialmente en corredores que vienen de drops altos. Algunos ejemplos reales de este tipo de calzado son los modelos “BareRun 0.0” o “MinimalistZero”, ambos con un drop de 0 mm.

Zapatillas con drop bajo (1 a 5 mm)

En el rango de 1 a 5 milímetros encontramos zapatillas con una inclinación apenas perceptible entre el talón y el antepié. Este tipo de drop favorece una pisada más centrada y reactiva, ideal para quienes buscan mejorar su técnica sin abandonar completamente la amortiguación.

Modelos como el “LightRun 3” (3 mm) o el “FlexStep 4” (4 mm) son buenas opciones para corredores que quieren una transición gradual hacia un estilo más natural sin asumir los riesgos de un drop cero.

Zapatillas con drop medio (6 a 10 mm)

El drop medio es, con diferencia, el más común en el mercado. Comprendido entre los 6 y los 10 milímetros, ofrece un equilibrio eficaz entre amortiguación y eficiencia. Este rango suele adaptarse bien a la mayoría de corredores recreativos y resulta apropiado tanto para entrenamientos diarios como para carreras de media y larga distancia.

Ejemplos típicos serían el “RunClassic 8” (8 mm) y el “SpeedFit 7” (7 mm), que aportan una transición cómoda desde el talón sin comprometer demasiado la respuesta del antepié.

Zapatillas con drop alto (más de 10 mm)

Las zapatillas con drop alto, es decir, superiores a los 10 mm, están pensadas para corredores que tienden a impactar con fuerza sobre el talón o necesitan una mayor amortiguación por cuestiones biomecánicas o por historial de lesiones.

Este tipo de calzado ayuda a reducir la carga en la parte anterior del pie y en los gemelos, algo útil en fases de recuperación o para personas con menor experiencia. Modelos como el “MaxCushion 12” (12 mm) o el “MegaHeel 14” (14 mm) representan bien esta categoría.

Cómo elegir el drop adecuado para correr

La elección del drop ideal depende de múltiples factores. Aquí tus criterios:

Según tu experiencia y nivel como corredor

Si eres principiante, lo más recomendable es empezar con un drop medio, entre 6 y 10 mm, ya que facilita la transición y reduce el riesgo de sobrecargas. En el caso de los corredores experimentados, que ya han adaptado su técnica, es posible probar con drops más bajos o incluso más altos, según los objetivos y la superficie de entrenamiento. Por último, quienes se reincorporan tras una lesión deberían ser especialmente cautos: lo ideal es avanzar de forma progresiva si se busca reducir el drop, para evitar recaídas o molestias.

Según el tipo de pisada: pronador, neutro o supinador

El drop no sustituye la corrección de la pisada, aunque sí puede influir en cómo se distribuyen las cargas. En el caso de los pronadores, suele recomendarse un drop medio o alto, ya que ayuda a amortiguar mejor el impacto del talón. Para quienes tienen una pisada neutra, prácticamente cualquier rango puede funcionar, dependiendo de la técnica y la comodidad personal. Por otro lado, los supinadores pueden beneficiarse de drops más bajos, que favorecen la activación del antepié y contribuyen a un reparto más equilibrado de la carga.

Según la superficie: trail, asfalto o caminata

En el trail running, muchos corredores prefieren utilizar zapatillas con drop bajo, ya que este rango ofrece un mejor control del terreno irregular y una mayor sensación de estabilidad. En cambio, en asfalto prácticamente todos los rangos pueden funcionar, dependiendo de la comodidad y de los objetivos de cada corredor. Para actividades más suaves, como la caminata o el uso diario, lo más recomendable suele ser un drop moderado, suficiente para reducir la tensión acumulada en gemelos y tendón de Aquiles.

Recomendaciones para corredores principiantes

Para los corredores principiantes, la clave es no hacer cambios drásticos de un día para otro. Lo recomendable es realizar una transición gradual durante varias semanas o incluso meses, alternando entrenamientos con la zapatilla habitual y la nueva hasta que el cuerpo se adapte. Es importante estar atento a las señales: si aparecen molestias en los gemelos, el tendón de Aquiles o las rodillas, conviene detenerse y retroceder al drop anterior para evitar lesiones. Además, cuando se trata de problemas específicos, como la fascitis plantar, resulta útil considerar opciones de calzado para fascitis plantar, que ofrecen un soporte más adecuado durante la recuperación.

Ventajas y desventajas de cada tipo de drop

Drop cero: naturalidad y adaptación progresiva

Este tipo de zapatilla promueve una pisada más natural, al eliminar el desnivel entre el talón y el antepié. Puede ayudar a reducir la dependencia de la amortiguación y favorecer un mayor control del movimiento. Sin embargo, requiere una musculatura bien desarrollada en gemelos y tendón de Aquiles, y su uso debe introducirse de forma progresiva para evitar lesiones.

Drop bajo: técnica eficiente con menor impacto

El drop bajo permite trabajar una técnica de carrera más eficiente, con menor impacto en la zona del talón. Es ideal para corredores que buscan mejorar su forma sin asumir los riesgos de un drop cero. No obstante, este cambio puede generar molestias si se adopta de forma brusca o si se tiene una musculatura poco adaptada a este estilo.

Drop alto: mayor protección y amortiguación

Este diseño ofrece mayor protección a quienes impactan con el talón y buscan una carrera más amortiguada. Es una opción común para corredores pesados, principiantes o personas en rehabilitación. El principal inconveniente es que puede limitar la activación de la musculatura del pie y favorecer una técnica menos eficiente si no se gestiona adecuadamente.

Zapatillas populares clasificadas por su drop

Aquí tienes ejemplos de modelos conocidos :

  • Modelos con drop 0 mm: Deportivas Basic Barefoot Colegial Orso Titanitos, deportivas Barefoot Bassic Piel Garvalin.
  • Zapatillas con drop de 4 a 8 mm: Deportivas Biomecanics Orixe, deportivas Biomecanics Piel Berila.
  • Opciones con drop de 10 a 12 mm o más: Deportivas con velcro para niños Bounder Skechers

También puedes consultar modelos para niños en nuestra sección de deportivas de niño: deportivas de niño

Errores comunes al elegir zapatillas por su drop

Elegir unas zapatillas únicamente en función del drop, sin tener en cuenta otros factores biomecánicos y personales, puede llevar a decisiones poco acertadas o incluso contraproducentes. Estos son los errores más habituales y por qué conviene evitarlos:

Elegir solo por moda o recomendaciones genéricas

Uno de los fallos más frecuentes es dejarse llevar por las tendencias del mercado o por consejos bienintencionados pero poco personalizados. Que un modelo con drop bajo sea muy popular entre corredores experimentados no significa que sea adecuado para todos los perfiles. Cada cuerpo, pisada y técnica tiene sus particularidades, por lo que aplicar recomendaciones universales puede derivar en molestias, sobrecargas o falta de rendimiento. La clave está en conocer tu propio patrón de movimiento y necesidades reales.

No considerar el historial de lesiones

El historial de lesiones es un elemento crucial a la hora de elegir el drop. Por ejemplo, si has sufrido problemas en el tendón de Aquiles, pasar a un drop bajo o cero sin la preparación adecuada puede agravar la situación. Del mismo modo, si vienes de una lesión en la rodilla o en la fascia plantar, un drop más alto puede ofrecer una mejor protección durante el proceso de readaptación. Ignorar estos antecedentes suele provocar recaídas o nuevas dolencias.

No adaptar el cambio de drop progresivamente

Pasar de unas zapatillas con drop alto (por ejemplo, 12 mm) a otras con drop cero sin un periodo de transición progresiva es probablemente el error más arriesgado. Este tipo de cambios altera profundamente la forma en la que impacta el pie con el suelo, redistribuye las cargas musculares y modifica la mecánica de carrera. Lo ideal es reducir el drop de forma gradual, alternando el uso de ambos tipos durante semanas o meses, para dar tiempo a que tendones y músculos se adapten al nuevo estímulo.

Preguntas frecuentes sobre el drop en zapatillas

¿Cuál es el drop ideal para correr?

No existe un drop “ideal” que funcione igual para todas las personas. Sin embargo, para la mayoría de corredores recreativos, un drop intermedio (entre 6 y 10 mm) suele ser un buen punto de partida, ya que ofrece un equilibrio entre amortiguación y eficiencia. A partir de ahí, cada corredor puede ajustar hacia arriba o hacia abajo según su técnica, experiencia y sensaciones.

¿Se puede cambiar de drop sin riesgos?

Sí, pero la clave está en la progresividad. Lo más recomendable es introducir el cambio de forma gradual: empezar usándolo en entrenamientos cortos, alternarlo con tus zapatillas habituales y prestar atención a las señales del cuerpo. El cambio de drop debe acompañarse de un trabajo complementario de fortalecimiento, sobre todo si reduces la amortiguación.

¿El drop influye en la velocidad o el rendimiento?

De forma indirecta, sí. Un drop bajo o cero puede facilitar una pisada más reactiva y eficiente, especialmente si se acompaña de una técnica depurada. Sin embargo, también exige mayor activación muscular y control postural, lo que puede fatigar más en carreras largas si no estás bien adaptado. Por otro lado, un drop alto no está reñido con el rendimiento, pero puede limitar la eficiencia mecánica si la técnica no acompaña.

¿Qué es mejor: drop alto o drop bajo?

No hay un “mejor” absoluto. El drop adecuado es aquel que se ajusta a tu biomecánica, nivel de experiencia, historial de lesiones y tipo de entrenamiento. Por ejemplo, un drop alto puede ser más apropiado para personas que priorizan la amortiguación o están en proceso de recuperación, mientras que un drop bajo puede ser útil para mejorar la técnica en corredores ya adaptados. La clave es no elegir por prejuicio, sino por funcionalidad.

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